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miércoles, 6 de mayo de 2015

Victoriano Navarro Asín, Sacerdote. In Memoriam. 46ª Semblanza de Almansa

Hellín, La Roda, Chinchilla, Almansa (su pueblo natal) y de nuevo Hellín. En ellos desempeñó su labor sacerdotal y en Hellín, tras 25 años de servicio, y ser nombrado Hijo adoptivo y Vecino del año además de Cofrade, Tamborilero y Pregonero de la Semana Santa, culminó su obra y entregó su vida.

Al finalizar la Misa de su entierro el pasado 3 de marzo, un grupo de sacerdotes sacaron a hombros el féretro, arropado con una casulla del propio Victoriano, y lo depositaron en el coche fúnebre que lo trasladaría al Cementerio. Una cerrada ovación lo despidió a las puertas de su Iglesia por los numerosos asistentes a este inolvidable funeral, concelebrado por más de 50 sacerdotes.



Pepe Navarro. Su hermano.

Terminada la Misa, agradeció a todos su presencia y habló de su hermano como una persona que “dejaba huella positiva por donde pasaba”, y que en Hellín había vivido grandes momentos, cumpliendo la leyenda de las estampas que editó como recordatorios de su primera Misa: “Señor, en tu nombre echaré las redes”.

Ciriaco Benavente. Obispo de Albacete.

Además de calificarlo, en la homilía del funeral que presidió, como un hellinero más, algo que todos sabíamos, apuntó que desde el primer día supo empatizar con las tradiciones del municipio, basadas en dos pilares: la Virgen del Rosario y la Semana Santa, poniendo en marcha la Escuela Cofrade. Afirmó que se nos marchaba quien había sido para sus feligreses “padre, pastor, compañero y amigo”.

Francisco Javier Núñez. Presidente de la Diputación y Alcalde de Almansa.

Me consta que D. Victoriano era un hombre humilde, cercano y sencillo. Un hombre que se daba a los demás, que siempre tenía una palabra de aliento y consuelo para con todos. Un hombre bueno con mayúsculas que dejó siempre un grato recuerdo allí donde estuvo. Y tuvimos la suerte que ese ejemplo de bondad fuera almanseño.

Manuel Mínguez. Alcalde de Hellín.

“D. Victoriano” como lo hemos conocido en Hellín, ha sido y seguirá siendo para todos los hellineros un referente, una persona entrañable, cercana, y cuidador de su querida Parroquia de Santa María de la Asunción. Decir que era buena persona es decir poco. Hemos tenido la suerte de poder compartir con él durante muchos años su gran humanidad. Nuestro Ayuntamiento ha decidido dedicarle una Calle. Amigo Victoriano, tu paso por Hellín ha dejado en todos nosotros esa huella que sólo las grandes personas dejan.

Vicente Aroca. Alcalde de La Roda.

Recuerdo su amabilidad y esa sonrisa propia de un buen hombre. Don Victoriano fue un sacerdote querido, respetado y admirado, que dejó una profunda huella entre los rodenses. Amante de la fotografía y promotor de dichas exposiciones así como de la Revista de Fiestas, le rendimos homenaje en 2011. Le agradecemos su ejemplo, alegría, entrega, servicio y AMOR. En La Roda fuimos afortunados de tenerle entre nosotros.

José Martínez. Alcalde de Chinchilla.

Desde el primer día que llegó se volcó con todos y con su esfuerzo y colaboración de los ciudadanos nos dejó un gran legado: fundó el primer Club de Juventud y otro Club para los mayores, impulsó la romería a nuestro Patrón San Miguel y, quizás el regalo más hermoso: el descubrimiento de nuestra patrona la Virgen de las Nieves, que permanecía cubierta de cintura para arriba. En definitiva, una persona sencilla, humilde y bondadosa, un sacerdote ejemplar y como amigo lo mejor de lo mejor. Lo nombramos hijo adoptivo en 2011.

Francisco Jesús Genestal. Sacerdote de Hellín.

Portavoz de todos los religiosos que acudieron al funeral, ensalzó la figura de Victoriano como el hombre de la voz, de la mirada y de la risa. De la voz, porque ella revelaba firmeza y contundencia, seguridad y protección. De la mirada porque desvelaba también la procesión de incertidumbres que a todos nos acompaña en la vida. Y el hombre de la risa, porque su carcajada satisfecha emparentaba con una visión de la vida sanamente despreocupada. Dio las gracias a Victoriano, desde esta orilla de la vida, "porque a ti ya, al despertar, te ha saciado Su semblante". (Salmo 17).

Pedro Ortuño. Rector del Seminario.

Victoriano fue un gran sacerdote y un gran amigo. En el Seminario de Hellín (1960-64) fue el director espiritual alegre que siempre nos daba ánimos. Luego coincidimos (1985-87) como sacerdotes en Almansa, él en la Asunción y yo en San Roque; seguía siendo el hombre abierto, cordial y acogedor. Ya en Hellín, yo lo veía feliz, entusiasmado en su ministerio, entregado a la gente, y por eso, una vez jubilado quiso continuar allí y reposar en la ciudad donde empezó y culminó su ministerio pastoral. A él le debo algo de lo que soy. Dios se lo tendrá en cuenta y, desde arriba, seguro que nos mira con su amplia sonrisa y carcajadas.

Cándido Córcoles. Sacerdote de Albacete.

Convivimos en los Seminarios de Murcia y de Albacete. Ordenado de Presbítero un año antes que yo, luego coincidimos en el Arciprestazgo de Chinchilla, él en este pueblo y yo en Higueruela y Hoya-Gonzalo. Al tener que cuidar a su madre ya mayor, pidió que atendiéramos el Villar. Siendo yo el arcipreste, creí que era mi obligación cargar con esa ocupación y así lo hice. Fue un gran sacerdote y un gran compañero. Su característica, sus sonoras risas. Estoy seguro que desde el Cielo sigue orando por nosotros. RIP.

Antonio Muñoz López. Sacerdote ex Párroco de San Isidro. Almansa.

Ante una muerte repentina, como la de D. Victoriano, la gente solía decir: "Que Dios te coja confesao". Pues bien, él lo había hecho antes de comer con otros compañeros sacerdotes el día anterior en la Residencia sacerdotal Madre María Luisa de Hellín.

Ángel Borrego. Almansa.

El pasado noviembre D. Victoriano nos invitó a comer a un grupo de antiguos seminaristas en Hellín. Había sido nuestro Padre Espiritual, Profesor y, ante todo, nuestro Buen Amigo. Mientras nos enseñaba su Iglesia de la Asunción y ascendía, con algún que otro resuello, las escaleras, le dije: "En Almansa, cuando estabas en la Asunción, te veía triste. Sentía que algo…no funcionaba... te veía mal. No quería entrometerme". Me contestó: "Sí, en Almansa, sufrí mucho". Y le salió un “uff”. Ya no sé si de alivio de carga liberada o del último esfuerzo al subir las escaleras.

Bricio Armero. Motilleja.

Lo conocí, siendo yo un niño, y me asombró su diálogo sencillo y persuasivo que llenaba mi alma de paz y serenidad. También adivinaba su bondad y lo veía justo, cercano, atento... Para mí una parte suya no ha pasado a la muerte, porque su alma continuará dándome una luz matinal que alumbrará recónditas moradas de mi pensamiento.

Juan Ángel Alarcón. La Gineta.

Hace más de 50 años que no nos vemos, pero todavía lo recuerdo y, en mi opinión, su labor fue buena, teniendo en cuenta cómo se vivía en aquellos años. Le deseo mucha felicidad y aunque no pude asistir a su entierro, ese día tuve un recuerdo muy especial para D. Victoriano.

Antonio Díaz de la Fuente. El Bonillo.

Te voy a pensar como te veía entonces, como si el reloj se hubiera parado en el año 1963... un cura joven, ilusionado y sonriente, que se cuidaba de la formación espiritual de unos adolescentes, ilusionados con llegar un día a ser curas como tú. Y lo conseguiste, aunque no llegáramos la mayoría a ser curas; pero sembraste en nosotros, D. Victoriano, la semilla que nos haría hombres capaces de llegar a madurar más tarde. Nos iniciaste en la consecución de unos valores humanos y religiosos que muchos hubieran querido para sí en aquella época. Te doy infinitas gracias por los tres años que con tanta ilusión y tanto esfuerzo nos dedicaste.

Ramiro González. Ayna.

Le recuerdo con mucho cariño y afecto, como Director espiritual y confidente. Una anécdota: tras unas vacaciones de verano, yo había cambiado la voz y le conté que no podía ser cura porque me había enamorado de una chica de mi pueblo y estaba atravesando "una gran crisis afectiva". Su respuesta fue una solemne carcajada que hizo retumbar el pasillo. Mi reconocimiento afectuoso y agradecido para él.

José Gómez Leal. Almansa.

En el encuentro del pasado noviembre nos mostró dos de sus grandes "tesoros": la estampa del Papa Pablo VI que siempre guardaba en su cartera (con el ideario del Vaticano II) y la imagen de la Virgen de Belén acogedora del vestíbulo de su casa (la patrona del pueblo que le vio nacer). Fueron el guía y el gran amor que llenaron su vida sacerdotal y la colmaron de sentido. Gracias, D. Victoriano, por tu entrega a los demás.

Moisés Hoyos. Presidente de la "Sociedad de la Virgen Ntra. Sra. de Belén" de Almansa.

Desde 1985 ha desempeñado el cargo de Hermano Mayor de la Sociedad de la Virgen. Y jamás ha faltado a su cita el día 6 de Mayo, festividad de la patrona, en la celebración de la Eucaristía y en departir con los miembros de esta sociedad y la de los pastores. En nombre de todos sus miembros, el agradecimiento a su entrega y servicio constante. Y, el día 31 de mayo, domingo por la tarde, en el Santuario celebraremos una Misa en su honor, dando gracias a Dios y elevando nuestras oraciones para que lo acoja en su seno, con la intercesión de su Madre la Virgen de Belén, a quien tanto cariño profesaba.

Cyrano de Bergerac, en el día de tu querida Patrona la Virgen de Belén, 6 de Mayo de 2015.

http://blogs.periodistadigital.com/desdemaltaencuentros.php

www.almansadigital.org

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